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sábado, 25 de febrero de 2012

Pizza: ¿Sabes lo que comes?

Qué rica la pizza. Pocos platos admiten tanta variedad y son tan extremos, tanto en su elaboración como en su sabor. Vamos a aprender un poquito qué es y cómo se hace la pizza, amigos. Porque es de recibo saber qué comemos...





La pizza es un pan plano horneado, cuya base habitualmente es elaborada con harina de trigo, sal, agua y levadura, y generalmente cubierto de queso , salsa de tomate u otros ingredientes locales como son: el salami, tiras de cebolla, jamón, champiñones o bacon. Es original de la cocina napolitana (Italia) y su popularidad ha hecho que se extienda por todo el mundo en una infinidad de variantes. Sin embargo, hasta la actualidad, la pizza napolitana ha sido la única, para la que se ha reconocido una denominación de origen propia de la Unión Europea, denominada Especialidad Tradicional Garantizada (o sus siglas en italiano, STG, Specialità Tradizionale Garantita). Este reconocimiento se obtuvo el 4 de febrero de 2010 a propuesta de la "Associazione Verace Pizza Napoletana".

Se trata de un plato de elaboración artesanal en la mayoría de los casos, aunque la industria alimentaria ha ido presentando desde los años cincuenta, poco a poco versiones de este plato como un alimento confort en los estantes de los supermercados. En la actualidad existen diversas franquicias que elaboran y distribuyen este alimento a domicilio.


El origen más aceptado proviene de la antigua China, en donde se acostumbraba hacer pan de forma circular y, luego del cocinado, cortarlo en porciones como en las pizzas actuales. Entonces es posible deducir que el origen de la pizza se deba al agregado de ingredientes extras sobre este tipo de pan como es el queso gouda. --> Los antiguos griegos cubrían el pan plano con aceite, hierbas aromáticas y queso. Los romanos desarrollaron la placenta, un pan plano untado con queso y miel saborizado con hojas de laurel.

La pizza moderna se desarrolló hacia el siglo XVII en la ciudad de Nápoles, lugar donde existen las primeras referencias documentales acerca de los orígenes de una especie de tarta con tomate. En 1889 se le agregó el queso.

Se dice que en la época del rey Fernando I (1751-1825), la reina había prohibido la pizza en la corte. Pero Fernando, a quien le fascinaba, burlaba la orden disfrazándose de plebeyo para visitar a escondidas un barrio pobre de Nápoles donde se preparaba esta comida. Con el tiempo confesó su gusto y la pizza se convirtió en un gran éxito en toda Italia.

En 1889, durante una visita en Nápoles, se le sirvió a la reina Margarita de Saboya una pizza con los colores de la bandera italiana, rojo (tomate), blanco (mozzarella) y verde (albahaca). Este tipo de pizza lleva el nombre de la Reina como Pizza Margherita.

 La pizza se ha convertido en una comida rápida internacional, ya que los ingredientes se pueden adaptar a los gustos locales. Las pizzas con ingredientes «no tradicionales» se conocen en Estados Unidos como «pizza de gourmet» o estilo California. La pizza hawaiana es un invento alemán, y generalmente consiste en una base de queso y tomate con jamón (a veces tocino) cubierta de rodajas de piña


 Se pueden utilizar carnes, verduras, pescados y numerosos quesos en la preparación de la pizza. El uso de la salsa de tomate no es obligatorio, de hecho, tradicionalmente, se habla de "pizze rosse" o pizzas rojas y de "pizze bianche" o pizzas blancas según los ingredientes se coloquen sobre una capa de salsa de tomate o directamente sobre la masa de la pizza.




Se pueden añadir ingredientes frescos a las pizzas preelaboradas y congeladas, aun cuando éstas no sean pizzas margarita, sino que tenga ya sus ingredientes se pueden añadir otros más, como un extra de mozzarella, tomate fresco, pimientos o condimentarla con albahaca, orégano, ajo o pimienta y aceite de oliva.

La masa de la pizza fresca puede conservarse durante unas horas en un lugar fresco y no excesivamente seco. En las pizzerías es común tener varias bases de pizza ya conformadas listas para poner el resto de ingredientes y hornear. Los ingredientes, especialmente la salsa de tomate, al tener elevada humedad ablandarían la masa si no se pusieran justo en el momento de hornear la pizza.

En la mayoría de los países desarrollados las pizzas se venden en supermercados como alimento congelado o ultracongelado. Se ha utilizado toda clase de tecnología alimentaria para crear sabrosas pizzas congeladas. Los principales obstáculos han sido evitar que la salsa se mezclara con la masa y producir una corteza que se pudiera congelar y recalentar posteriormente quedando crujiente pero no dura o rígida. Tradicionalmente, la masa está prehorneada y el resto de los ingredientes han sido precocinados aunque, últimamente, han comenzado a aparecer pizzas con todos los ingredientes crudos. La ultracongelación permite pizzas con la masa fina pero crujiente al no mezclarse los ingredientes que pueden ser frescos y conservan mejor sus propiedades nutritivas y sabor.




En función del tipo de pizza (pizza fresca o congelada; de masa fina o gruesa; según los ingredientes de cobertura) y el tipo de horno utilizado en la cocción (de leña, eléctrico de piedra, eléctrico doméstico, etc) serán necesarios tiempos más o menos largos. Desde los 60 a 90 segundos que marca la tradición de las pizzas napolitanas clásicas hasta los aproximadamente 15 minutos que puede tardar en hornearse una pizza ultracongelada. En prácticamente todas las pizzas elaboradas aparece en el envase los tiempos recomendados de cocción.

En el caso de pizzas congeladas no conviene descongelarlas previamente, esto resecaría los alimentos, lo adecuado es introducirlas directamente desde el congelador al horno. Y hay que preservar siempre la "cadena de frío" desde el establecimiento al domicilio, si esta llegara a romperse y la pizza se descongelara es siempre preferible hornearla y consumirla que volver a congelarla.

El calor debe provenir tanto de la parte superior como de la inferior del horno. En hornos eléctricos conectaremos las resistencias inferiores y superiores. En hornos de leña la cúpula de los mismos dará calor por reflexión y por irradiación del calor absorbido. En hornos con ventilación asistida (ventilador que mueve y reparte el aire caliente dentro del horno) es conveniente desconectar esta función pues no mejora la cocción pero si puede resecar en exceso la pizza y especialmente los ingredientes superiores.

Huelga decir que un horno microondas no es apropiado para la preparación de pizza, aunque existen ya en el mercado pizzas elaboradas especiales para microondas el resultado final nunca será satisfactorio o del nivel culinario de una verdadera pizza.

Es recomendable, y de hecho se usa en las pizzerías profesionales, el hornear la pizza sobre una rejilla metálica. Esto permite que el calor y el aire llegue mejor a la parte inferior de la pizza, a la masa, permitiendo una cocción uniforme y resultando en una pizza crujiente. En hornos de piedra (de leña o eléctricos) la rejilla suele retirarse tras unos minutos de cocción para terminar de hornear la pizza directamente sobre la superficie pétrea o cerámica del horno.
En cualquier caso, se debe siempre procurar la correcta cocción de la masa evitando la presencia de partes crudas y evitando quemar la misma.




Para trocear la pizza y hacer porciones lo mejor es utilizar un utensilio de cocina creado a tal efecto: el cortapizzas. Este utensilio consiste en un disco afilado sujeto a un mango y suspendido por el centro de forma que puede girar cortando la pizza por presión sin arrastrar los ingredientes ni desgarrar la masa.
En establecimientos tipo "fast food" lo común es adquirir y consumir porciones de pizza. También cuando el formato de la pizza es grande y se va a compartir.
La forma tradicional de servir las pizzas redondas es en porciones triangulares, las porciones son generalmente de un sexto o un octavo del tamaño de la pizza completa.
Las pizzas rectangulares, típicas de la "pizza al taglio" (pizza al corte) suelen cortarse en formas regulares (cuadrados o rectángulos) procurando que en cada porción haya un trozo de borde.



En estos casos lo normal es comer la pizza con la mano, sosteniéndola su borde exterior, el cual forma una especie de engrosamiento redondeado donde no llegan los ingredientes. A veces se sirve sobre un cartoncillo triangular o rectangular (según proceda) para ayudar a sostener la pizza, evitando mancharse y quemarse y facilitando el llevarla hasta la boca.
En establecimientos de tipo restaurante o en el consumo doméstico tradicional se suele elaborar una pizza de tamaño medio para cada comensal. En este caso la pizza se sirve entera en el plato, sin cortar en porciones.
Esta pizza suele comerse como se haría con cualquier otro plato de cuchillo y tenedor. Cada comensal sujeta la pizza de su plato con el tenedor, la parte con el cuchillo y luego nuevamente con el tenedor lleva la porción partida del plato a la boca sin tocar el alimento con las manos.
Aunque no es una manera popular, ni se considera correcta, también se suele arrollar la porción en forma de taco para prevenir quemarse con los ingredientes calientes en su parte superior.
Un buen consejo es añadir un poquito de aceite de oliva y alguna especie o hierbas frescas como orégano o albahaca a la pizza después de hornear y antes de ser servirla, este detalle mejorará la presentación de la pizza pero sobre todo potenciará el aroma y el sabor de la misma. También últimamente han comenzado a popularizarse en varios países máquinas expendedoras automáticas que entregan la pizza recién horneada a cambio de unas monedas.
 Fuente: Wikipedia


Algunas de las más comunes son...

-Pizza Cuatro Estaciones: Se trata de una pizza dividida en 4 secciones, cada una con ingredientes propios de cada estación del año. Así, puede contener (además de los consabidos tomate y mozzarella): setas, huevo duro, aceitunas, alcachofas, salami, jamón de york, pimienta, anchoas, pimiento verde...


-Pizza Margarita: Procedente de Nápoles (Italia), podríamos decir que esta es la pizza original. Esta pizza recrea los colores de la bandera italiana con sus ingredientes: tomate, mozzarella y albahaca fresca.


-Pizza Cuatro Quesos: Una de las más populares a lo largo y ancho del mundo, y apta para los amantes del queso. A pesar de lo que su nombre nos indica, la verdad es que estamos ante una pizza de gran versatilidad y de combinaciones de queso ingeniosas, que dan como resultado sabores únicos. Os recomiendo una selección a base de mozzarella, provolone, parmesano y emmental.


-Pizza Carbonara: Aunque los orígenes de la carbonara van ligados a la pasta, no se sabe a ciencia cierta cuándo se incluyó esta deliciosa salsa para espaguetti en la pizza. La carbonara original incluía yema de huevo, huevo duro, manteca de cerdo, aceite y pimienta negra. Más tarde, se incluyó la nata (crema de leche) de cocinar, y en 1944 (con la entrada del ejército americano en Italia), el bacon.


-Pizza Barbacoa: Quizás un perfecto matrimonio entre la cultura estadounidense y la italiana. Esta popular pizza lleva carne de ternera, trozos de pollo, cebolla, tomate, bacon, mozzarella y por supuesto, salsa barbacoa. Ideal para los carnívoros.


-Pizza Diávola: Una pizza típicamente italiana, cuya característica más importante, es su salsa picante, acompañada a menudo chorizo picante o salami.


-Calzone: El Calzone es, básicamente, una pizza plegada y unida por los bordes, quedándose en su interior, un delicioso relleno de queso fundido, con los más deliciosos ingredientes: champiñones, carne picada, queso fundido...

Como bien he dicho al principio, recetas y variedades hay tantas como gente que las cocina. Así que no pongáis límites a vuestra imaginación y dejad que los ingredientes fluyan. Aceptar este consejo: experimentad, que muy malo ha de estar lo que hagáis para no podéroslo comer...

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